Don fray Juan de Zumárraga (fragmento)Joaquín García Icazbalceta
Don fray Juan de Zumárraga (fragmento)

"La inferioridad de la gente vulgar mejicana fue notoria desde luego, y patente el peligro que corría de desaparecer del todo. Para evitarlo no halló el gobierno otro medio que el de aislarla casi por completo, tomándola bajo su inmediata protección. Error funesto, de origen laudable, que junto con el de haber introducido los negros, nos ha traído los males consiguientes a la existencia simultánea de diversas razas en un mismo suelo. Aquélla protección continua apartó a los indios del trato con los que habrían podido ilustrarlos, les quitó la energía que la necesidad de la propia conservación despierta hasta en el más tímido, y aniquiló, por decirlo así, su ser individual, absorbiéndole en el de la comunidad; era un niño sujeto siempre a la patria potestad, y nada hacía por sí solo. Su legislación especial le protegía y le sofocaba; a la sombra de ella se desarrolló ese espíritu tenaz y exclusivo de raza que no desaparece, a despecho de leyes y de constituciones. El indio jamás aprendió a obrar por sí, y hasta hoy nada sabe hacer sin juntarse con otros, dando a sus acciones, aun las más inocentes, un aire de motín. Si el gobierno le hubiera dejado entrar a tiempo en la circulación general y emprender la lucha por la Oída, para lo cual no es tan impropio como parece, en vez de conservar un sistema, bueno en los principios, malo después, la raza habría tal vez desaparecido, desleída en la nación, pero no los individuos, y otra sería hoy la constitución de nuestra sociedad. Las leyes, lo mismo que los hombres, deben desaparecer de la escena cuando su papel ha terminado. "


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