Los tambores de la memoria (fragmento)Boubacar Boris Diop
Los tambores de la memoria (fragmento)

"Lo esencial le parece menos la ordinaria lucidez que el vagabundeo metafísico de la memoria, el redoble de sus tambores que no todos pueden oír, al igual que en el país Malinké, nos dice Keita Fodéba, nadie danza el Duga, la danza sagrada del Buitre, si no ha llevado a cabo alguna hazaña.
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En vez de indignarse por un crimen que la concernía en grado sumo, se interesaba {Aída} por problemas de técnica novelística perfectamente secundarios. Se hacía preguntas de este tipo: ¿Ismaila y Ndella no van demasiado lejos al afirmar que pueden restituir, tal cual, los extraños monólogos interiores de Fadel? ¿su relato de la muerte de Fadel ofrece las garantías de verosimilitud requeridas a pesar (o más bien a causa) de la extremada precisión de los detalles? El mero hecho de evocar estas tonterías me puso casi enferma. Comencé a fantasear sobre una secta mística que trabajase incansablemente para hacer admitir a los hombres que su vida real es pura apariencia.
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Sin embargo la experiencia de la biblioteca paterna solo fue un momento, y quizá no el más importante, de mi formación literaria. Lo que contó más para mí, fueron los cuentos nocturnos de mi madre. Me impresionaba mucho el hecho de que solo con palabras ella conseguía hacernos experimentar, nosotros sus pequeños oyentes, toda la gama de sentimientos humanos: el miedo, los celos, la ira, la compasión, el odio etc. Y me imagino que de allí viene la fascinación, muy a menudo notada en mis novelas, por lo fantástico, por los seres sobrenaturales pero también mi reticencia profunda a disociar lo real de lo imaginario. "



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