Jacques Rivière Le roman d´aventure (fragmento) "La emoción que demanda la llamada novela de aventuras, ha de ser, al contrario, y no en paralelo, que en el caso de la emoción poética, tamizada por la prerrogativa de la espera, de la parcial ignorancia, de su ubicación al límite y en el borde mismo de lo nonato, de lo que aún no existe. Dado este paradigma, tenemos motivos más que suficientes para sentirnos radiantes; por consiguiente, cabría subrayar que hay algo allí, muy cerca de nosotros, que va a acontecer, algo que es simultáneamente desconocido e inevitable; sentimos su aliento en nuestro rostro aunque no seamos capaces de vislumbrarlo. Ese placer compartido es precisamente lo que añorábamos ardientemente. ¡Permitámonos sentir esa alineación un instante más aún! Porque, justo en ese momento, antepondremos frente a nosotros mismos todos nuestros más fehacientes deseos, aparentemente desordenados e irreconciliables. Ante nosotros, a tiro de piedra, se yergue el tesoro de la más infinita de las posibilidades. En apenas unos minutos podríamos aprehender la totalidad; nuestra alma, bien abierta, por una atención deliciosa y muda, escucha el murmullo, como el mar, del inmenso devenir. ¡Bizarra miscelánea de incertidumbre y confianza, de inquietud y de abandono! Justo eso, abandonarse a la angustia, supone leer una novela de aventuras. Nos entregamos sin ambages ni reserva alguna al movimiento del tiempo y de la vida. Osamos experimentar el ingente poder de esa pregunta que subyace en lo más recóndito de nuestro ser y nos impele e interpela a todos los seres vivos, intentamos recuperarnos, atados de pies y manos, a la miserable y maravillosa angustia de la vida. La emoción poética, por el contrario, hace que sintamos que ese ferviente hálito nos ha sido arrebatado. " El Poder de la Palabra epdlp.com