Los placeres del exilio (fragmento)George Lamming
Los placeres del exilio (fragmento)

"Es el océano que hizo a Próspero consciente del Ahora; es el privilegio sobrenatural de su magia lo que lo hizo sentir que podía subir al cielo. Pero era el Hombre, la condición, lo que lo devolvió a su sentido de decoro: el Hombre en forma de Miranda, su propia creación, la medida de su ineficacia probable, el Hombre en el terrible atavío de Caliban: su esclavo, su largo y apenas llevadero purgatorio. Porque Caliban es Hombre y algo distinto a Hombre. Caliban es su converso, colonizado por la lengua y excluido por la lengua. Es precisamente este don de la lengua, este intento de transformación lo que ha provocado el placer y la paradoja del exilio de Caliban. Exiliado de sus dioses, exiliado de su naturaleza, ¡exiliado de su propio nombre! Pero Próspero teme a Caliban. Lo teme porque sabe que su encuentro con Caliban es, en gran medida, su encuentro consigo mismo. "


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