El amor pone cátedra (fragmento)Fernando Mora
El amor pone cátedra (fragmento)

"En efecto, junto al cabo que al agua iba, en la punta de la caña sujetadora, un cascabel de oro lucía como una chispa de fuego.
Y el hombre continuó:
—Asín, cuando er sábalo pica, er cascabel suena, y si ha picao der to, er cascabel se güerve loco sonando tal que si riese, y entonses uno, que espera tumbao, se va a la caña, tira der hilo, guarda la pesca, y a tumbarse otra ve, que con una mijita de industria y un poco de reso a San Rafaé, que un sábalo tiene en la mano, er milagro se hase, y asín vivimos los pobres de la Ribera.
Riendo, marchó Mauro hasta el Potro, ancha plaza arrieril, con posadas de nombres típicos, tal que "La Puya", "El Toro" y "La Herradura"; plaza que recordara nuestro señor Don Miguel de Cervantes Saavedra, y que, como el Zocodover, de Toledo, y las Tendidas, de Valladolid, supieron y aun saben de aviesos Tagarotes, sutiles Pipotas, ágiles Carihartas y muy dispuestos Rinconetes.
Y vio también cómo de la fuente que nombre le da, y es un pilón que tiene una columna como de dos metros de talla y en la cúspide el potro encabritado, tomaban el agua que de lo alto fluía y a los cántaros bajaba glugluteando por artificio de una caña hueca, tal que aquella que usase el Lazarillo de Tormes para dejar sin vino al ciego, su señor. "



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