El hombre y la soledad en las tierras magallánicas (fragmento)Domingo Melfi
El hombre y la soledad en las tierras magallánicas (fragmento)

"Era necesario tener dentro del pecho un corazón sólido, capaz de soportar sin romperse, el suplicio forzado de la soledad, mil veces más agotador que el más refinado de los tormentos. Era preciso ser dueño de una voluntad acerada y tensa, firme como las rocas de los mares que surcaban, a prueba de desalientos y vacilaciones, dispuesta a afrontar no solo la arremetida de los elementos desencadenados de la naturaleza que se descargaban sobre sus frágiles navíos, sino las rencorosas tormentas que estallaban a bordo, encabezadas por los descontentos, por los ambiciosos, por los oscuros capitanes levantiscos a los cuales mordía la fiebre del oro e impulsaba también, al crimen, la misma desesperación que provoca la soledad prolonga da. Era necesario soportar con el alma enhiesta, durante muchos días, la pesadumbre de las vastas soledades esféricas del cielo y del mar y por las noches, interminables, los cielos de tinta cuyas estrellas movibles salpicaban de espumas la ira tumultuosa de las olas. "


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