Mapa de una ausencia (fragmento) "Supongo que te ocurrió a ti también, la primera vez que llegaste aquí. Que habría un hombre, justo detrás de la zona franca de recogida de equipajes, que te estaba esperando con tu nombre escrito en una hoja de papel blanca. Y, una por una, miraba las caras tratando de adivinar cuál era la que debía asociar con su letrero. El hombre que me estaba esperando presionaba contra la barrera levantando su hoja por encima de todas las demás, y más que un procedimiento de acogida, con esos carteles por el aire, parecía una manifestación de protesta. Después nos reconocimos, yo me acerqué hacia él y él dobló el papel en cuatro y lo hizo desaparecer en el bolsillo. En él estaban escritos tu nombre y tu apellido, como si fueras tú la que tenía que llegar y no yo, que estaba allí para ver cómo te metían bajo tierra. Nos dimos la mano para presentarnos y después no nos dijimos nada más. Me dijo únicamente que se llamaba Christian, y luego bajó la mirada. En la mano se me quedó impreso el contacto con aquella piel tan dura, una mano que parecía prestada, de lo ajena que era a la cara apacible que no me miraba. Bienvenido a Rumanía, añadió después mientras cogía las maletas. Permanecimos quietos unos instantes a pocos metros de las puertas correderas, yo que no me decidía a salir y las puertas que se abrían y se cerraban al paso de las personas. Bienvenido a Rumanía, me había dicho, y, sin embargo, en aquel aeropuerto rumano yo solo veía a italianos yendo y viniendo, hombres y mujeres expeditivos que corrían jadeantes detrás de bolsas y maletas con ruedas. Que eran los mismos con los que había volado hasta unos minutos antes, los mismos que empezaron a dar gritos por teléfono tan pronto como el avión se detuvo en la pista, los mismos que habían seguido gritando dentro del autobús, y que luego habían desaparecido con su equipaje de mano mientras yo iba a esperar mi maleta. En medio de esa gente a la carrera una vez estuviste tú también. " epdlp.com |