Reportero (fragmento)Seymour Hersh
Reportero (fragmento)

"Esta historia, junto con la falta de respeto y la desconfianza hacia Gans, hizo que Marylouise Oates y yo, así como la mayoría de mi personal, nos alteráramos mucho al saber que el senador había aceptado cancelar algunas apariciones en la comunidad negra. A mí me costaba creer que McCarthy hubiera tomado una decisión tan errónea y me acerqué a toda prisa hasta la habitación del hotel. Estuve a punto de liarme a puñetazos con un joven que por entonces le hacía las veces de guardaespaldas cuando salió McCarthy. Le expuse lo que me habían contado y le pregunté si era cierto. Él me respondió muy fríamente que no era un asunto de mi incumbencia. Ahí lo tenía: ahora él era candidato a la presidencia, y a mí me parecía que los asuntos morales no le importaban tanto como la obtención de unos votos más. Los demócratas de Estados Unidos habían dejado clara su postura sobre la guerra de Vietnam y yo había puesto mi grano de arena. Dejé la campaña al mediodía siguiente, junto con Oates. Habíamos pasado tres meses juntos, cubriéndonos las espaldas, convencidos de que no había nada más importante que lo que estábamos haciendo, a pesar de la locura.
Uno de los confidentes de Oates optó por informar a un periodista del New York Times de lo que había ocurrido, y nuestras renuncias, durante dos o tres días, fueron el asombro de los informativos televisivos. Oates me recordaría años después que los rumores de nuestras dimisiones pasaron a ser oficiales cuando nosotros, literalmente, nos bajamos de un autobús de campaña antes de un mitin que iba a tener lugar en Stevens Point, Wisconsin. Mientras nos alejábamos calle abajo, seguidos por algunos periodistas, vimos a Robert Lowell sentado en la hierba, esperando la caravana de McCarthy. Según Oates, al acercarme a él le grité, alegre: «¡Adiós, Cal Lowell!
¡Adiós, poeta laureado!». "



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