Hueso "Encuentro a una chica, la altura de un llanto pequeño viviendo en nuestro cuarto de invitados. Se parece a mí cuando tenía quince años llena de pulpa y pimienta. Pasa todo el día en el cuarto midiéndose los muslos. Su cuerpo es un largo suspiro. La ves en el vestíbulo. Más tarde esa noche mientras yacemos uno junto al otro escuchándola vomitar en nuestro baño, me dices que quieres salvarla. Claro que quieres; eso es lo que sabe hacer mejor: enfermarte con la necesidad de ayudar. Tenemos los mismos labios, ella y yo, el tipo de labios en que los hombres piensan cuando están con sus mujeres. Está famélica. Me miras directamente cuando nos cuenta que a su padre le gusta golpear chicas en la cara. Puedo oírte en nuestro cuarto de invitados con ella. ¿De qué tiene hambre? ¿De qué podrías llenarla tú? ¿Qué puedes hacer, que no harías por mí? Cuento mis costillas antes de irme a dormir. " epdlp.com |