El escorpión (fragmento)Anna Elisabet Weirauch
El escorpión (fragmento)

"Durante estos años sus estados de ánimo alternaban como el sol y la lluvia en abril. Ansiaba estar muerta, o llegar a la mayoría de edad, estar viva en otro siglo, o en alguna otra parte de la tierra, ser monja o tan hermosa como para cautivar al mundo entero.
(…)
“Tengo antipatía por los perros, no porque sean fieles, sino porque son desvergonzados. Porque llevan sus amores en la calle”. De nuevo ese rubor carmesí cubrió sus rasgos. “Los gatos son más cultos acerca de esas cosas, si se me permite usar esa palabra tan mal utilizada. Hay insectos que se aparean sólo en las noches más oscuras, en los rincones más abandonados, de modo que ningún guardabosques ha logrado jamás observarlos. Siempre he sostenido que llegará un momento en que hablaremos de las prácticas bárbaras de este siglo, o de los últimos diez siglos, como si fueran un cuento de hadas. Basta pensar en lo tremendamente divertido que debe sorprender a cualquier persona sensible cuando dos personas, habiendo concebido un cierto deseo de acostarse, fijan una fecha especial para el evento. Informan a determinadas instituciones públicas, al Estado, a la Iglesia. Se lo cuentan a sus amigos y parientes, a sus propios padres, a sus propios hermanos y hermanas. En el día que va a terminar en esa noche, reúnen a todos los que conocen sobre ellos, se dejan observar por personas que se llenan y beben hasta enfermarse, escuchan canciones sugerentes y discursos sugerentes, y sin embargo ellos mismos no se enferman… Siempre he tenido la sensación de que el matrimonio tal como se practica hoy en día sería un castigo adecuado para un criminal empedernido. "



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