Últimos días en Berlín (fragmento)Paloma Sánchez-Garnica
Últimos días en Berlín (fragmento)

"En el horizonte nocturno en el que destacaba el ático de la Puerta de Brandeburgo se vislumbraba el fulgor de cientos de teas, que se movían al son de la marcha. A medida que Yuri se acercaba a Pariser Platz, crecía una multitud desordenada ávida de presenciar aquel cortejo. Las chispas de las antorchas crepitaban en el aire helado. Impresionaba el crujir de las botas que rompían la nieve del suelo con paso sincronizado al compás del redoble de los tambores y de las potentes voces que entonaban el Horst Wessel Lied, canto patriótico del Partido Nacionalsocialista que acabaría por relegar al himno oficial de Alemania en la época que empezaba a fraguarse en ese mismo instante. El avance de centenares de hombres ataviados con el uniforme pardo de las milicias nazis parecía una serpiente llameante que se deslizaba lenta e implacable bajo los arcos de la Puerta de Brandeburgo, cruzaba Pariser Platz y giraba por Wilhelmstrasse para pasar ante la cancillería, en cuyo balcón saludaba un Hitler envanecido. Eran las SA, las famosas tropas de asalto, cuyo número y apabullante presencia habían aumentado en los últimos tiempos de forma alarmante, infiltrados cada vez con más ímpetu en la vida privada de los ciudadanos, empleados en amedrentar y proscribir cualquier disidencia política, atajando cualquier crítica al partido liderado por Hitler.
Yuri observaba atónito aquella masa humana que se movía ante sus ojos en hileras de a seis, enarbolando cada uno de ellos una antorcha y formando centelladas de luz en el gris de los adoquines y sombras inquietantes sobre las fachadas de los edificios, como una sutil amenaza. Se fue abriendo paso a empujones entre la multitud de mujeres alemanas, madres, hermanas y esposas de los hombres y muchachos que desfilaban marciales por el centro de la calle, a quienes jaleaban con ardoroso ímpetu y el brazo en alto agitando lo que tenían a mano —pañuelos, bufandas, banderolas—, contagiadas de una especie de histerismo que se extendía como un tóxico imperceptible. "



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