Canciones de sangre y espada (fragmento) "Sabía que no teníamos tierras, sabía que vengo de otro lugar, algún lugar que nunca había visto. Papá tocaba viejas canciones populares sindhi, Ho Jamalo normalmente, cuando tenía ganas de recordar los sonidos de su hogar. Usó ajraks, los tradicionales sindhi impresos en bloques-chales, como manteles y cocinaba achar gosht demasiado picante. (…) “Se quedó contigo durante mucho tiempo”, me dice mamá veintitrés años más tarde… “Recordaste haber visto a tu tío boca abajo en la alfombra y nadie se imaginaba lo mucho que te había afectado, pero una tarde, meses después, encontraste a tu padre durmiendo una siesta en el dormitorio en Damasco y estaba acostado como había estado Shah, boca abajo, con la cara cubierta, y lo sacudiste para despertarlo, llorando y gritándole que se levantara. Así lo supimos, tú pensaste que estaba muerto, como Shah”. (…) Mi padre estaba bien en ese momento. Le dijeron que lo iban a llevar al hospital y caminó hacia el coche de la policía. Se sentó en la parte trasera, donde se sientan los policías, y el vehículo se fue. Más tarde se detuvo. Oímos un solo disparo. Fue el último disparo que mató a mi padre. Estado herido, pero habría sobrevivido. Estaba caminando y hablando. Se necesitaría más de una bala para matar a papá. Se aseguró de que la última bala hiciera el trabajo. El último tiro, el de papá. Según la autopsia, le dispararon a quemarropa en la mandíbula. Fue asesinado, según confirman los forenses, por un pistolero de pie sobre él mientras yacía bajo el coche de policía. " epdlp.com |