Todavía puedo (fragmento)José María Carrascal
Todavía puedo (fragmento)

"La mejor herencia que puedes recibir de tus padres son unos buenos genes» es la penúltima sentencia médica, y digo penúltima por no haber última: siempre habrá otra que la sustituya. Afortunadamente la ciencia médica es una de las que más rápida y exitosamente avanzan —a lomos de la tecnología, de la investigación—, y la batalla que viene librando contra las enfermedades no ha dejado de cosechar éxitos desde que se aplicó en combatir los peligros que amenazaban a la humanidad desde dentro de su propio organismo, una vez resueltos, en la medida de lo posible, los problemas de la alimentación, el clima y la amenaza de la naturaleza, animales o congéneres.
La medicina estuvo en un principio unida a la magia, de ahí que el hechicero, que con sus liturgias y ungüentos se encargaba de expulsar los «malos espíritus» (las enfermedades) que se habían apoderado del cuerpo del enfermo, fuese el primer médico tribal. Acertando, nos suponemos, menos veces que errando, pero, como en tantas cosas en aquellos tiempos, no había alternativa. Los egipcios, tal vez porque su religión rendía un culto especial a los muertos —que para ellos no lo estaban del todo—, fueron los primeros que empezaron a usar técnicas modernas, como el embalsamamiento, sobre todo para la conservación de los cuerpos, o la trepanación, para la cura de enfermedades «misteriosas», aunque todo indica que la usaban tan pródigamente que puede que causaran más muertes que curaciones, como ocurriría milenios más tarde con las sangrías, un cura casi todo, que era más bien un cura casi nada. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com