Sensitiva amorosa (fragmento)Ola Hansson
Sensitiva amorosa (fragmento)

"La noche de bodas, el viaje juntos, todo en apenas unos días; y mientras se encuentra sentada en el vapor que discurre por el lago Lucerna con el codo en la barandilla y la barbilla apoyada en la mano, se pregunta si sigue siendo la misma persona que hace poco vivía con su padre y su madre en una pequeña y apartada ciudad a orillas del Báltico, o más bien si es él el que ha cambiado, el que ahora hunde su cara en su Baedeker, el de la figura fofa y el traje informe de cuello manchado, el del insulso rostro de esponja y ojos entrecerrados de miope. Ahora que está ella en medio de las maravillas de la naturaleza, ahora que el mundo exterior y la rodea y puede verlo con sus propios ojos, tocarlo sólo con alargar la mano y disfrutar de su esencia con todos los sentidos, ahora lo que antes era una unidad se desintegra. Ahora él se distingue del mundo, se contrapone a él como si fuera ajeno al mismo, aunque él ya no es quien era antes, sino otro ser totalmente desconocido para ella, una repugnante larva que con su rancia frialdad repta por su mano, un extraño que le produce repulsión. De noche, un bruto animal; de día, un pedante maestro de escuela con la cabeza llena de datos históricos y topográficos cuidadosamente clasificados en casilleros y estantes. Durante días y días le tortura la expectativa de tener que oír la frase siguiente y todas las noches, cuando ella ya se ha acostado y en el hotel reina el silencio, se encoge llena de asco y angustia, a la espera del momento en que le toque sentir junto a su rostro el de él, frío y húmedo como el de una viscosa sanguijuela, y su mano temblorosa buscándola a tientas…Se siente como esas personas que sueñan que alguien las persigue y corren y corren para salvarse sin, a pesar de ello, poder moverse ni un centímetro, y quieren gritar y no pueden mover la boca…
Como observador de la persona y el destino de esta joven, no me limité a mirar hacia atrás, sino también hacia el futuro: y vi cómo aquel espasmo de dolor se grabaría poco a poco en su fresco y noble semblante hasta convertirse en un indeleble rictus de tristeza en el labio superior; vi cómo su expresión clara y tranquila se hundiría cada vez más, por medio de una arteria inagotable, en ese pozo de dolor que había comenzado a fluir en su ser más íntimo; y cómo esa mirada se vería empañada por un sordo y perplejo sentimiento de desamparo, como si la parte más sagrada de su alma fuera profanada por unas brutales manos que se dedicaran a arrancarle los velos uno a uno. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com