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Separados (fragmento), de El sol mueve la sombra de las cosas quietas "Ayer Malena envió como modo de estar presente en el aula, un regalo textual. No sé quién situó el centro de lo que somos en el corazón. Algún griego dijo que el centro no está en el corazón sino en el hígado. Yo sé que el centro de la existencia de mi padre está en sus manos. Más precisamente en la posibilidad de imaginar algo y luego, a través de sus manos, hacer que aparezca en la madera. Con una crueldad de la que solo el destino es capaz le diagnosticaron Parkinson. La desobediencia de las manos, su indiferencia. La burla de las manos ante una orden del cerebro. La locura de las manos. De las hermosas, enormes manos de mi padre. " epdlp.com |