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La cena de los cardenales (fragmento) "CARDENAL RUFO: Pido perdón si me excedo, Eminencia, ¡Pero esa mujer era un ángel del cielo! ¡Si Dios así lo quisiera, lo desafiaría! Ver un ángel diciéndome: ¡Oh naturaleza ciega! _ ¡Versos de Calderón y Lope de Vega! La actuación fue en un antiguo patio, Todos vestidos como una mujer noble con damasco rojo, ¡Sobre una verdadera alfombra de capas de estudiantes! Desmayándose, ocultando una lágrima: ¡Oh, qué soy ahora! ¡Oh, lo que era antes! ¡Cuánta luz, cuánto fuego nos roba la vejez! Representaban no estoy seguro si Niña Boba, Un pequeño poema ligero ¿dónde está la diversión? En esto, tal vez en medio de la representación, Lo escuché a mi lado, entre un grupo de juerguistas. De los escolares, diga con voz ronca y débil: El secuestro será pronto, ¿eh? Estará a la salida, En la puerta del escudo. Cuando la bella “tonta” Siéntate en tu silla rica y ligera, Caeremos sobre él y…” No escuché nada más. Todavía saqué media pulgada de la espada, Pero me contuve. "No. Pronto estará mejor” _ dije. Cuando terminó la obra ya era de noche. Se bajó Un tapiz. La sillita, afuera, la puerta de los escudos, para su señora, Era un nido de lúcido brocado infantil. Cerca, la pandilla de la escuela esperaba disfrazada. Yo también me escondí en las sombras del callejón, Saqué la espada y… Esto es lo que ella dijo. Se dice: espada y anillo, en la mano que sea. ¡Pero la mano siempre es fuerte cuando la mujer es bella! Salté, y en unos momentos rápidos, Solo contra veintitantos estudiantes, Contra toda una Facultad, exponiendo la vida, Capa al viento, espada en mano, pluma en alto, Corté, ensangrentado, herido, con violencia... Esgrimiendo, con el bastón, al otro lado de la mesa: ¡Así! ¡Así! " epdlp.com |