Pan de limón con semillas de amapola (fragmento)Cristina Campos
Pan de limón con semillas de amapola (fragmento)

"Anna había planeado su entierro cuidadosamente. Fue su amante, jugando con su pecho, quien encontró el trocito de muerte que se la llevaría para siempre un año más tarde. Y ese último año de su existencia, Anna, por fin, cogió las riendas de su vida.
Lo dejó todo escrito en una carta que envió a su hermana Marina días antes de morir. A su entierro solo asistirían su hija, su marido y una pequeña familia de amigas. Se reunirían en un acantilado de la sierra de Tramontana, en la isla de Mallorca. Leerían las palabras que dejó escritas para todos ellos y juntos tirarían sus cenizas al mar.
Ninguno de los presentes en ese íntimo entierro sabía por qué Anna les había reunido en aquel lugar alejado del mundo. Pero allí estaban todos, cumpliendo sus deseos, en el acantilado de Sa Foradada. Parecía que hasta el viento la hubiera escuchado y soplase suave como ella hubiese querido. El mar, en calma como una balsa inmensa.
Su hija cogió la urna de las manos de su padre y caminó sola unos metros, buscando retenerla a su lado unos segundos más. Se sentó en el borde del acantilado y rodeó con sus brazos la urna. Cerró los ojos y dejó que sus lágrimas resbalasen, poco a poco, sobre las cenizas de su madre. "



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