Abu Bakr Al-Turtusi Lámpara de los príncipes (fragmento) "Refiere Ahmed, hijo de Abulhaguarí, que oyó un hombre contar lo siguiente a Benasamac: — Me envió a llamar Harún, y al llegar a la puerta del palacio, me cogieron del brazo dos guardias y me llevaron apresuradamente por los corredores. Llegamos a la puerta de la antesala y allí salieron dos eunucos que me tomaron de manos de los guardias y pasaron conmigo rápidamente por dicha antesala, hasta que por fin llegué al aposento donde él se encontraba. Allí me recibieron otros dos eunucos, los cuales me agarraron y me condujeron precipitadamente a través de la estancia. Pero Harún les ordenó: — Tratad con más consideración al maestro. Así que estuve ante él, le dije lo siguiente: — No me he visto ningún día, desde que mi madre me echó al mundo, tan mal tratado como hoy me veo. Pero tú condúcete con temor de Dios en todo lo que hagas con sus criaturas; acuérdate de Mahoma en tu trato con su pueblo y aconséjate bien acerca de la conducta que has de seguir con tus súbditos, porque con respecto a Dios ocupas un lugar mucho más insignificante que el que yo ahora ocupo con respecto a ti. Vive, pues, temeroso de Dios y ten presente que los castigos y azotes que Dios envía contra los que le ofenden, son tales y cuáles. Y empezó Harún a removerse encima de los almohadones, hasta que descendió al lugar que para hacer la oración tenía allí delante dispuesto. Entonces dije: — ¡Príncipe de los Creyentes! Si de tal modo abate la mera descripción, ¿qué abatimiento no producirá el presenciarlo realmente? " El Poder de la Palabra epdlp.com