La dama del lago (fragmento) "- Un tal señor Marlowe desea verlo. De parte del teniente M'Gee. Asunto de carácter personal. - Nunca lo he oído nombrar- ladró el hombre alto. Tomó mi tarjeta sin siquiera mirarme y regresó nuevamente a su despacho. La puerta se cerró sobre un resorte neumático e hizo una especie de “fiuuuuu….”. La señorita Fromsett me dedicó una sonrisa suave y triste, y yo se la devolví convertida en una mirada obscena. Devoré otro cigarrillo mientras el tiempo pasaba lentamente. Comencé a sentir un gran cariño por la compañía Gillerlain. Diez minutos más tarde volvió a abrirse la misma puerta, el gran personaje salió con el sombrero puesto y manculló que iba a cortarse el pelo. Comenzó a cruzar la alfombra china a grandes y atléticas zancadas, recorrió la mitad de la distancia que lo separaba de la puerta y entonces realizó una brusca maniobra para dirigirse hacia donde yo me encontraba sentado. - ¿Usted quería verme?- ladró. Medía cerca de un metro noventa y había allí poca materia blanda. Sus ojos eran gris piedra con fríos destellos. Llevaba un amplio traje gris con una estrecha raya color tiza, y lo llevaba con elegancia. Sus modales proclamaban que era un sujeto con el cual no resultaba fácil llevarse bien. " epdlp.com |