Sobre la reconciliación o de la memoria al perdón (fragmento)Manuel Reyes Mate
Sobre la reconciliación o de la memoria al perdón (fragmento)

"La idea de realidad que solemos confundir con facticidad pero que no puede ser así. La realidad, en efecto, son los hechos, por supuesto, pero también los no-hechos. Lo que pudo ser y no consiguió llegar a ser, eso también forma parte de la realidad. Esto tiene su importancia para el conocimiento porque si éste pretende conocer la realidad tendrá que hacerse cargo también de los vencidos de la historia, de lo que fracasó, de los sueños dormidos en los escombros de la historia. No es lo mismo conocer los hechos que los no-hechos10. De los hechos se encarga el conocimiento científico que analiza e interpreta lo que hay; los no-hechos se nos revelan, salen al encuentro, nos asaltan. El arte sabe mucho de esta forma de conocimiento. Pensemos en Chillida. Los vacíos o huecos de sus grandes esculturas son como las ausencias de los no-hechos que se hacen presentes en la obra, formando parte del volumen artístico. Esos vacíos materialmente son nada, pero en la obra se convierten en un potente revulsivo capaz de traer mundos extraños a la obra y de alterar con su nadería la contundencia de los materiales usados (hierro forjado u hormigón). Observamos, en efecto, cómo los hierros acusan esa presencia retorciéndose o quebrándose, determinando así el presente y lo presente.
También altera, en tercer lugar, el planteamiento moral. Auschwitz debe ser recordado moralmente y no sólo históricamente. La modernidad ha construido una filosofía moral basada en la autonomía del sujeto, de ahí la importancia de la buena conciencia o de la dignidad. Para Kant lo grande de la humanidad consiste en ser siempre un fin y nunca un medio. Eso le da una dignidad incomparable porque el reconocimiento de mi dignidad me lleva a reconocerla en los demás, en reconocerlos sujetos de un reino de fines. Tenemos que revisar ese planteamiento porque en Auschwitz no hubo dignidad, ni lugar para la buena conciencia. Levi nos recuerdan que se salvaron los peores. ¿Fueron unos inmorales? Como no podemos permitirnos esos juicios, tenemos que hacer un doble movimiento: suspender, en primer lugar, el juicio moral sobre lo que ocurrió dentro del campo y ser muy prudentes sobre "la zona gris", es decir, sobre la participación material de los propios deportados en la consumación del crimen. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com