Volvoreta (fragmento)Wenceslao Fernández Flórez
Volvoreta (fragmento)

"Recogidos, apretados sus cuerpos, un poco inclinados bajo el reborde de la roca, veían los jóvenes llover, con esa alegría extraña que la lluvia produce cuando se presencia bajo la guarida segura. No hablaban. El espectáculo de un labriego que allí abajo abandonaba su labor, saltando sobre la húmeda tierra, para recogerse bajo un alpendre vecino, les hizo reír, gozosos. Y nuevamente enmudecieron, y del vasto espectáculo de la lluvia en el monte redujeron su mirar, un poco abstraídos, a la visión de cómo unos erizos de castaña, vacíos ya, tirados ante la roca, iban siendo limpiados de tierra por el golpear de las gotas, y cómo otros, con sus púas hacia abajo, iban llenando de agua la blancura de su concavidad.
(...)
En aquella hora de paz, atalayando los montes y el mar y la curva línea de la gándara, imbuido por la gigantesca solemnidad de las cosas, Sergio tuvo un atisbo de comprensión: comprendió la pequeñez del cadáver marinero, invisible, perdido entre las aguas con la misma indiferencia que el del delfín; comprendió la naturalidad del amor...¿Por qué torturarse complicándolo con morbosidades? Para la muerte y para el amor, para las miserias que creemos grandezas, la Naturaleza tiene el mismo gesto dulce, la misma mirada candorosa de Volvoreta, la misma misteriosa tranquilidad. "



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