El laberinto de las mil puertas (fragmento), de Se abre una puerta "Es el caso que me encontré en un corredor, o acaso fuera más exacto llamarlo vestíbulo a no ser porque no había en aquel lugar mueble ni cosa donde aposentar el cuerpo o la mirada, y sólo un espacio vacío y rodeado de puertas. El piso era de un material elástico y brillante, de color verde pálido; las paredes lisas, sin zócalos, y el techo rezumaba un fulgor húmedo de sus claros barnices. Lo despojado y limpio del lugar sugería la idea de los tránsitos de un sanatorio, y la ausencia de ventanas evocaba una situación entrañada del edificio, una profunda interioridad, lejos del sol. y había en el aire un silencio demasiado hermético. (…) Grité de rabia, de miedo. Un grito que n o parecía mío. Me asuste de la súbita compañía de aquel grito desconocido. Aquel estupor que el grito me produjo me dejó, por el momento, atónito y aliviado. Pero enseguida recomencé mi carrera a través de las puertas, hasta que sentí mi conciencia envuelta en un torbellino, tragada por un abismo. " epdlp.com |