El laberinto de las mil puertas (fragmento), de Se abre una puertaÁlvaro Fernández Suárez
El laberinto de las mil puertas (fragmento), de Se abre una puerta

"Es el caso que me encontré en un corredor, o acaso fuera más exacto llamarlo vestíbulo a no ser porque no había en aquel lugar mueble ni cosa donde aposentar el cuerpo o la mirada, y sólo un espacio vacío y rodeado de puertas. El piso era de un material elástico y brillante, de color verde pálido; las paredes lisas, sin zócalos, y el techo rezumaba un fulgor húmedo de sus claros barnices. Lo despojado y limpio del lugar sugería la idea de los tránsitos de un sanatorio, y la ausencia de ventanas evocaba una situación entrañada del edificio, una profunda interioridad, lejos del sol. y había en el aire un silencio demasiado hermético.
(…)
Grité de rabia, de miedo. Un grito que n o parecía mío. Me asuste de la súbita compañía de aquel grito desconocido. Aquel estupor que el grito me produjo me dejó, por el momento, atónito y aliviado. Pero enseguida recomencé mi carrera a través de las puertas, hasta que sentí mi conciencia envuelta en un torbellino, tragada por un abismo. "



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