F. Britten Austin Hacia el azul (fragmento) "—Era un conocido nuestro en Londres —corroboró Sylvia imperturbable, subrayando delicadamente la palabra conocido. Toby me miró con una mirada extraña, de pronto casi hostil. Me di cuenta de que se preguntaba si yo había ido a Southbeach en busca de Sylvia. No hacía falta ser detective para descubrir el interés que sentía por ella. Era patente, sin ningún intento de disimularlo. Sus extraños ojos hambrientos e inquietos parecían devorarla. Dejando a un lado cualquier sentimiento personal (en cualquier momento de los últimos seis meses podría haberles asegurado, con absoluta sinceridad, que mi corazón estaba muerto como una piedra), no me gustaba. Toby no era el tipo de hombre... Pero no tuve oportunidad de intervenir. El señor y la señora Bryant, con un interés genuino y bondadoso por mí y por mis actividades que en cualquier otro momento hubiera apreciado, me monopolizaron. Y Sylvia coqueteaba con él, recatadamente, pero de manera escandalosa. Lo llamaba Toby con la mayor naturalidad del mundo. Él, pobre diablo, se mostraba torpe, sin saber si ella estaba jugando con él, respondía de forma espasmódica y, devorándola todo el tiempo con esos ojos extraños suyos, en los que reconocí esa misma mirada de animal enjaulado que me resultaba familiar como preludio de un ataque de «perro rabioso» en aquellas noches en que había revuelo en el comedor. Ella, por lo que pude ver, se divertía jugando con fuego. " El Poder de la Palabra epdlp.com