Vítezslav Hálek Mariska (fragmento) "El señor Bareš era una especie de artista y viajaba por Haná. Las tierras benditas rebosan de fertilidad, el trigo dorado ondea, la fertilidad está por doquier, las bendiciones por doquier, la abundancia crece por doquier, y un pueblo sano y alegre comienza a albergar nuevas ideas. Cuando las mentes de la gente son tan fértiles como sus tierras, ¿qué región del mundo puede igualarlas? Mariska es una chica como una flor de primavera, sana, fresca de espíritu y cuerpo. Sus ojos, con su vivacidad y tersura, brillan y juegan como dos moscas en una noche de verano. Quien se enamoró de ellos tenía buen gusto. Quien se enamoró de ellas fue Frantík. Pero de tal manera que siente celos de cualquiera que las mire. Quizás sabe lo peligroso que es. Bares visitó a los padres de Mariska. Su madre es amable, fresca y alegre, como todos los Hanacky; cualquiera que la mire a los ojos entenderá de quién los heredó Mariska. Sin embargo, tan pronto como Bares fue recibido, su madre y Mariska desaparecieron en la cocina, y un momento después Mariska regresó con un tazón de pasteles y su madre con una bebida. (…) La música sonaba, y el loco Sebesta saltaba como un poseso frente a los músicos. Cuando sonaba el estilo libre, saltaba con libertad, pero cuanto más fuerte retumbaba la música, más estruendosamente saltaba Sebesta. Balanceaba las piernas y los brazos, ponía los ojos en blanco, apretaba la boca y, al instante, soltó un grito que aterrorizaba a cualquiera que lo oyera. Se le erizaba el pelo y el sudor le cubría la frente como un guisante. El señor Bares estaba sentado al lado de Frantík. "¿Quién es ese hombre?" "Loco; le dicen Loco Sebesta." ¿Hace mucho tiempo que es así? —Dios lo sabe. Siempre ha sido así, hasta donde yo lo conozco. "¿Y cómo fue su juventud?" De joven era muy vivaz. Y solo más tarde se volvió tan ingenuo como ahora. Amaba a una chica que, según se dice, le había sido infiel, y esa infidelidad lo había vuelto loco. Más tarde se demostró que la infidelidad era solo imaginaria, solo en su mente; la chica era pura en su amor, como la luna en el cielo. Siempre pasa con los músicos. Se dice que la infidelidad de su chica ocurrió con los músicos, y con los músicos las cosas se descontrolan en su interior, como el diablo en una col. De lo contrario, estaría solo." El Poder de la Palabra epdlp.com