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Estrellas engañadas (La historia de Yusuf Shah) (fragmento) "El Sha les comunicó la fatal noticia que acababa de comunicarle el astrólogo jefe y concluyó su relato con una pregunta: ¿cuál era la opinión de los dignatarios al respecto y qué medidas debía tomar para evitar el golpe del destino que amenazaba su vida? La inesperada noticia sorprendió a todos y causó confusión. Tras un momento de silencio, el visir Mirza-Mohsun fue el primero en hablar. La devoción del más humilde servidor al trono supremo no es ningún secreto. Claro que la Qibla del universo, nuestro gran Sha de los Shas, recuerda bien el lamentable estado en que se encontraba el tesoro estatal durante el reinado anterior, cuando sus nobles antepasados, movidos por su infinita bondad, nombraron para el puesto de visires a personas extremadamente limitadas y miopes. Pero en cuanto su humilde servidor supo que el tesoro estatal estaba vacío, se dedicó de inmediato a buscar maneras de reponerlo e inventó este eficaz medio. Se ha decidido que todo servidor de la corte que reciba un nombramiento para cualquier cargo o para gobernar esta o aquella provincia, contribuirá al tesoro con una donación proporcional a su posición o rango. Con el mismo propósito, se ha decidido lo siguiente. Cuando la Qibla del universo honra a un dignatario o jefe con su atención y alegra su casa con su visita, el sirviente, en agradecimiento por la gentileza del Sha, está obligado a llevarle una cierta cantidad de dinero como obsequio y a colocar en el umbral de su casa telas y alfombras valiosas, que también pasan a ser propiedad del gran huésped." epdlp.com |