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El país donde nunca se muere (fragmento) "En esta tierra, los albaneses han aprendido que pueden morir. A pesar de su espíritu codicioso y valiente, empiezan a sentir que les duelen las vértebras, que les duele mucho la cabeza, incluso los dientes... los remedios de las abuelas albanesas no funcionan aquí. La soledad se transforma en una úlcera de estómago, y se necesitan extrañas pastillas para dormir. Pastillas que, al final, no surten el efecto que prometen; no liberan el alma del sofocante mundo de la existencia. La despreocupación da paso a la angustia, y muchos regresan a la soleada Albania para curar sus úlceras. Allí las cosas van mejor, te aseguran. [...] Así transcurre la vida en un pueblo donde todo (excepto lo que les sucede a los demás) es eterno. Pero hay cosas que pertenecen a los hogares de estas personas más que la muerte. Una de ellas, sin exagerar, es casi el centro de sus vidas. La cuestión de la prostitución. ¡Cómo los emociona, cómo inflama sus corazones (que no se encienden con nada), a qué fiebres y delirios conduce! Es la pregunta vital, concierne a viejos y jóvenes, a los cultos y a los ignorantes. Hay reglas que surgen naturalmente en el espíritu de un pueblo, como las hojas de una planta." epdlp.com |