Minority Report (fragmento)Philip K. Dick
Minority Report (fragmento)

"Todavía agachado, Fleming agarró a Lisa. Arrojando su arma a Anderton, la cogió por la garganta. Horrorizada, Lisa intentó arañarle frenéticamente. Ignorándola, Fleming cerró sus manazas sobre el delicado cuello de la mujer, comenzando a ahogarla poco a poco.
—No habrá heridas de bala—explicó jadeante—. Tendrá que parecer... un accidente. Eso suele ocurrir a menudo. Pero en este caso, habrá que romperle el cuello primero.
Pareció extraño que Anderton hubiera esperado tanto. Pero conforme se hundían las manos de Fleming cruelmente en la suave piel de su mujer, Anderton cogió la pesada pistola por el cañón y asestó un golpe seco en el cráneo de Fleming por detrás de la oreja. Las monstruosas manos de Fleming se aflojaron. Abatido fulminantemente, la cabeza de Fleming cayó y todo su cuerpo chocó contra la pared de la cabina. Trató aún de recuperarse, pero Anderton volvió a golpearle y esta vez se desplomó como un fardo.
Jadeando fatigosamente por recobrar el aliento Lisa permaneció un momento inclinada, con el cuerpo estremecido. Después, gradualmente, el color volvió a su rostro.
(...)
Por un instante, Anderton observó su faz distorsionada. Levantó el arma, dio rápidamente unos pasos hacia adelante e hizo fuego. Los ocupantes de la primera fila se lanzaron súbitamente en socorro de Kaplan, atónitos por lo que estaba sucediendo. Kaplan se estremeció un instante y como un pájaro destrozado, dio vacilante un paso y cayó desde la plataforma hasta el suelo. Kaplan, como afirmaba el informe de la mayoría, estaba muerto. Su delgado pecho era un espantoso agujero humeante, una terrible cavidad llena de cenizas y vísceras quemadas en un cuerpo que aún se retorcía en su agonía.
Anderton, enfermo de angustia, corrió entre las paralizadas filas de los altos oficiales. La pistola que aún sostenía en la mano le garantizaba momentáneamente el paso, entre el terrible desconcierto sembrado en la tribuna. Bajó rápidamente la plataforma y se mezcló entre la gente, demasiado perpleja para darse cuenta de nada. El incidente ocurrido ante sus mismos ojos resultaba incomprensible. Les llevaría tiempo la comprensión que reemplazaría lo que en aquel momento era solamente un terror ciego. "



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