La princesa prometida (fragmento)William Goldman
La princesa prometida (fragmento)

"Buttercup ya tenía las orejas y la nariz llenas de Arenas de Nieve, y sabía que si abría los ojos, un millón de diminutas partículas de esta arena se le meterían bajo los parpados, y ya comenzaba a sentir un miedo atroz. ¿Cuánto tiempo llevaba hundiéndose? Parecían horas; contener la respiración comenzaba a hacerle daño. "Has de contener la respiración hasta que yo te encuentre -le había dicho él-, has de adoptar la postura del muerto en natación, cerrar los ojos, contener la respiración y yo acudiré en tu ayuda y los dos tendremos una preciosa anécdota para contarle a nuestros nietos." Buttercup siguió hundiéndose. El peso de la arena comenzaba a aplastarle los hombros."


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