Desde la torre "Desde la torre, los hombres diminutos son casi imperceptibles, famélicos aguardan una cura como si fueran niños y esperan, incautos, un milagro. Niños ante la muerte, por no llamarla crimen; niños ante el silencio, por no llamarlo delación; niños ante lo irreparable que es odio y llanto, y miedo en la impostura, venal de los tratados de postguerra. Y se amasan fortunas, mediante algún arreglo en la balanza que ofrece menos porque apunta más. El más sentimental esconde un crimen apenas concebible. Tal proeza no es fruto del azar, sino ocurrencia de la necesidad. La solución precisa para anular negocios de rapiña consiste en retornar a la inocencia - sin discutir, con ánimo sereno - bergantes de ocasión. O en emerger a la intemperie, tras un recorrido Por las cloacas de la humanidad. El retorno a la infancia es la quimera que espera el torvo malhechor: a tiros. " epdlp.com |