Mis nueve vidas (fragmento)Ruth Prawer Jhabvala
Mis nueve vidas (fragmento)

"La soledad no es una novedad para mí: desde que era niña la he preferido siempre, excepto si se trataba de estar con Nina, mi madre, y con Otto, mi padre. Los únicos años que recuerdo como de verdadera soledad o ausencia de amigos —es verdad que no los tenía— son los de mi adolescencia, de los dieciséis a los veinte; y entonces no era tanto porque mis expectativas y deseos fueran otros, sino por su discrepancia con las aspiraciones de mis padres respecto a mí. Mi padre se había vuelto a casar, pero ocupaba un apartamento a la vuelta de la esquina de donde vivíamos mi madre y yo. Los sábados por la noche Nina salía, mientras que yo no tenía nunca adónde ir. «¿Estarás bien?», me preguntaba; se sentía culpable por abandonarme y eso era lo que hacía que se me llenaran los ojos de lágrimas. Para ocultarlas, bajaba la cabeza sobre el libro que estaba leyendo. «Sí, claro», decía. «Esto es fascinante »; tan pronto como se marchaba, las lágrimas caían sobre el libro fascinante y tenía que secarlas. Pero cuando profundicé más en mis estudios —estaba matriculada en el Departamento de Lenguas Orientales de la Universidad de Columbia—, los libros me parecieron de verdad más interesantes que cualquier otra cosa; y mis padres, aunque todavía preocupados por mí, se tranquilizaban el uno al otro diciendo: Rosemary es una intelectual. "


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