Prisma, de Andamios Interiores "Yo soy un punto muerto en medio de la hora, equidistante al grito náufrago de una estrella. Un parque de manubrio se engarrota en la sombra, y la luna sin cuerda me oprime en las vidrieras. Margaritas de oro deshojadas al viento. La ciudad insurrecta de anuncios luminosos flota en los almanaques, y allá de tarde en tarde, por la calle planchada se desangra un eléctrico. El insomnio, lo mismo que una enredadera, se abraza a los andamios sinoples del telégrafo, y mientras que los ruidos descerrajan las puertas, la noche ha enflaquecido lamiendo su recuerdo. El silencio amarillo suena sobre mis ojos. Prismal, diáfana mía, para sentirlo todo! Yo departí sus manos, pero en aquella hora gris de las estaciones, sus palabras mojadas se me echaron al cuello, y una locomotora sedienta de kilómetros la arrancó de mis brazos. Hoy suenan sus palabras más heladas que nunca. Y la locura de Edison a manos de lluvia! El cielo es un obstáculo para el hotel inverso refractado en las lunas sombrías de los espejos; los violines se suben como la champaña, y mientras las orejas sondean la madrugada, el invierno huesoso tirita en los percheros. Mis nervios se derraman. La estrella del recuerdo naufragaba en el agua del silencio. Tú y yo Coincidimos en la noche terrible, meditación temática deshojada en jardines. Locomotoras, gritos, arsenales, telégrafos. El amor y la vida son hoy sindicalistas, y todo se dilata en círculos concéntricos. " epdlp.com |