Un ramo de rosas (fragmento) "Expande, mensajero, un claroscuro de regla superna y de misterio. En su hora sale del contraluz de la parte del mar y de la desembocadura, en vuelo a flor de agua— así remonta el río con la fuerza tranquila de las alas y de las ancas, así enfila las arcadas de sus puentes hacia oriente, la pobreza, la fuente. ¿Es el sentido, aquél, o un paso de la perpetua danza? Siesta bajo la piedra. Es el verano. Es él, siente, lo es, empinado, perdidamente. Lo funde, dentro, en lo hondo su propio instante. Puro todo arde, Se carboniza, flagra. Sombra a plomo, avara, desnuda tierra hendida. Se desmorona, se pulveriza. llama, boca de horno, no para aniquilar, para regenerar vida desde las cenizas. Y nosotros dentro de aquel fuego resinas destilando, oh liberación de las cortezas. Despojó, tarde obscurecida, casi procelosa tarde, de toda lumbre de azul la atmósfera de hora en hora demasiado negra? sustrajo de aquella mezcla de lóbregas oscuridades en el aire el azul turquí y el violeta, fue negro, negro negror pero con ojos de aguamarina el monstruo que clausuró la jornada: mas no como amenaza, novísimo preludio a cuál de nuestras inmemorables aventuras. Es tarde. El final del día se aproxima, Ya se oscurece la abierta orilla densa de hierba dejada por los que regresan, anochece el semidesierto paseo del río. Es perezoso el agua, el corte de una extrema oblicua lumbre desde poniente trastorna aún su fundido plomo. Adiós, ¿adónde vas, día?, ¿adónde te acompaña el río? Los une, los empareja una sola inmutable andadura al día y al río hacia la anulación y hacia el gran regreso a la cabeza de la mañana que todo lo reconquista y todo lo alumbra. " epdlp.com |