México insurgente (fragmento) "Don Tomás pasó galopando. Gil Tomás le pisaba los talones. Pero alguien venía. Un caballito apareció corriendo al amanecer y se encaminó hacia nosotros; el jinete sobresalía en contraste con el polvo radiante. Iba a una gran velocidad, hundiéndose y subiendo por el rodante terreno..., y al hincar las espuelas para subir la pequeña colina donde estábamos, vimos una cosa horripilante. Una cascada de sangre chorreaba de toda la parte de su frente en forma de abanico; la parte inferior de su boca había sido casi arrancada por una bala de nariz chata. Dirigió las riendas hasta llegar al coronel, trató con mucho esfuerzo, terriblemente, de decir algo; pero nada inteligible brotaba de la herida. La lágrimas corrieron por las mejillas del pobre hombre. Dio un grito ahogado, aguijoneando con las espuelas al caballo y voló por el camino de Santo Domingo. " epdlp.com |