La muñeca de las manos "Mire hacia donde mire manos veo, un negro corro de inquietantes manos, manos de fuego y hielo, manos cleptómanas, manos tontas, modestas, leprosas, crispadas, humildes manos. Soy tan sólo la triste muñeca de un sueño que, infinidad de manos lanzan ora contra las estrellas ora contra el fondo de los mares; terrible servidumbre las manos. Señoras de mi dolor y gozos, dueñas de mi amor y de mis lágrimas. Las manos trazan mi destino que no tiene destino y sólo alcanza la plenitud sublime cuando ellas me lo exigen. ¡Sea así! Soy el verdugo que en sí lleva todos los dolores del mundo. Bastardo inquisidor soy de duro ceño. Sólo me queda un cigarro apagado, apenas su ceniza. Ya está ardiendo la hoguera. Sobre su crepitar que me ensordece esparcid ya las hierbas. Mas esperad aún manos severas. Arde, arde ya mi cigarro, y pronto humo será, humo tan sólo. " epdlp.com |