Sextina "Aguas, que de lo alto de esta sierra bajáis con tal ruido al hondo valle. ¿por qué no imagináis las que del alma destilan siempre mis cansados ojos? y ¿qué es la causa el infelice tiempo en que fortuna me robó la gloria? Amor me dio esperanza del tal gloria, que no hay pastora alguna en esta sierra que así pensase en alabar el tiempo; pero después me puso en este valle de lágrimas, a do lloran mis ojos, no ver lo que están viendo los del alma. En tanta soledad, ¿qué hace un alma, que en fin llego a saber qué cosa es gloria, o adónde volveré mis tristes ojos, se el prado, el bosque, el monte, el soto, y sierra, la arboleda, y fuentes de este valle no hacen olvidar tan dulce tiempo? ¿Quién nunca imaginó que fuera el tiempo verdugo tan cruel para mi alma; o qué fortuna me apartó de un valle, que toda cosa en él me daba gloria? Hasta el hambriento lobo que a la sierra subía era agradable ante mis ojos. Mas ¿qué podrán fortuna ver los ojos, que veían su pastor en algún tiempo bajar con sus corderos de una sierra, cuya memoria siempre está en mi alma? ¡Oh fortuna enemiga de mi gloria, cómo me cansa este enfadoso valle! Mas ¿cuándo tan ameno y fresco valle no es agradable a mis cansados ojos, ni en él puedo hallar contento, o gloria, ni espero ya tenerle en algún tiempo? Ved en qué extremo debe estar mi alma ¡Oh quién volviese a aquella dulce sierra! ¡Oh alta sierra, ameno y fresco valle do descanso mi alma, y estos ojos! Decid, ¿verme algún tiempo en tanta gloria? " epdlp.com |