Romancero del rosario (fragmento) "Han cantado tanto canto, y una sola es su canción: la red mágica, el encanto, y la gracia, el corazón. Nada oí, oí tan sólo tu pecho infantil latir; y sobre él soñaba dulce mi alma, abierta sólo á ti. Sólo oí de mirto ondeante, y del sonreírme el lis, de celajes por la luna, de astros mirándome á mí. Sólo oí: «Dulce es la tilia; leve, el corzo; el pez, cristal; juega almita dentro al niño: ondina en el fontanal.» Lo que mece la armonía; lo que anhela y vuela allí, es amor que blando halaga, del momento en el asir. Toda esa armonía inmensa toda teje un sólo son: «Dulce es dulce amor: no hay nada como esa palabra amor.» Es en él lo feo, bello; la pobreza es rica en él; ciérnese esa alma de niño que á besar alienta en él. Cómo esa visión tan pura, fina, cándida, hoy, se ve: sílfide sobre los prados; una rosa es su broquel. " epdlp.com |