Lo bello y lo triste (fragmento)Yasunari Kawabata
Lo bello y lo triste (fragmento)

"El hecho de ser el último día del año hacía que el tiempo transcurriera con mayor lentitud. En el atardecer invernal, aquel bosque de tumbas y figuras Jizo serenaría sus sentimientos, pero al ver lo oscura que estaba la alameda que conducía al templo de Gío, ordenó al conductor que regresara. Decidió entonces detenerse en el templo del Musgo y luego volver al hotel. Los jardines del templo estaban casi desiertos, yermos de una infinita soledad. Sólo los recorría una pareja que parecía en luna de miel, en contraste con aquella amarga hiel de vaciedad. Había pinocha esparcida sobre el musgo y el reflejo de los árboles en el estanque se iba desplazando a medida que él avanzaba. En el camino de regreso al hotel las Colinas Orientales parecían incandescentes bajo la luz anaranjada del sol poniente. "


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