Fluyan mis lágrimas (fragmento)Philip K. Dick
Fluyan mis lágrimas (fragmento)

"La auténtica, definitiva verdad, es que a pesar de tu fama y del mundo público que te sigue eres sacrificable, pensó. Y yo no. Esa es la diferencia que hay entre los dos. Por tanto, tú debes irte y yo debo quedarme. Su nave siguió flotando, adentrándose en la cinta de estrellas nocturnas. Canturreó en voz baja para sí, tratando de mirar hacia delante, de ver los tiempos venideros, el mundo de su hogar, la música, las ideas y el amor, los libros, la caja de rapé ornamentadas y los sellos raros. A la calma, por un momento, del viento que le azotaba al conducir, una partícula casi perdida en la noche. Existe una belleza que nunca desaparecerá, se dijo a sí mismo; yo la conservaré; yo soy uno de los que la cuidan. Y yo permanezco. Y eso, a fin de cuentas, es lo único que importa.
(...)
Sintió por fin un débil calorcito, cuando empezó a funcionar el calentador modelo normal para policía, colocado bajo sus pies. Algo le cayó de la nariz a la tela de la chaqueta. Dios mío, pensó horrorizado. Otra vez estoy llorando. No, pensó. Es un reflejo. De fatiga y preocupación. No significa nada. ¿Por qué llora un hombre?, se preguntó. No lo hace como las mujeres, no como ellas. No por sentimentalismo. Un hombre llora por la pérdida de algo, de algo vivo. Un hombre llora por un animal enfermo que sabe que no sanará. Por la muerte de un niño: por eso llora un hombre. Pero no por que algo sea triste. Un hombre, pensó, no llora por el futuro o por el pasado, sino por el presente."



El Poder de la Palabra
epdlp.com