Goya (fragmento)Robert Hugues
Goya (fragmento)

"Goya era un artista moderno porque constituía una figura bisagra: es el último representante de lo que ya fue, y el primero de lo que estaba a punto de venir, el último de los grandes maestros y el primer moderno. Un hombre del viejo mundo, debido a su evidente fascinación por la brujería y su fijación por las antiguas supersticiones. Al compararlo con otros creadores como Delacroix o Ingres, Goya es diferente: no podía ver ni experimentar nada sin formarse una opinión sobre ello, y esa opinión se manifiesta en su obra, a menudo de la manera más apasionada. En eso consistía parte de su modernidad y otra de las razones por las que aún resulta cercano pese al tiempo que nos separa. (...) Goya fue uno de los pocos grandes pintores del dolor físico, las crueldades y las humillaciones corporales, y eso se percibe claramente en sus pinturas negras y en los Desastres de la guerra. Esos grabados estremecedores en los que el pintor da fe de los inenarrables y cruentos sucesos de la sublevación española contra la invasión napoleónica: con su testimonio Goya se convirtió en el primer reportero de guerra moderno. Pero además era un epicúreo convencido, sabemos que le apasionaba todo lo sensorial: el olor de una naranja o de la axila de una niña, el aroma del tabaco y el regusto del vino, el ritmo palpitante de un baile callejero, el juego de luces sobre el tafetán, el muaré, el simple algodón; el arrebol expandiéndose en el cielo de una tarde estival o el pálido brillo de la culata de nogal finamente tallada de una escopeta."


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