Primer encuentro con Lezama "Llevo un sol en mis bolsillos pero ya no tengo nada en mí no puedo soñar cantar pensar en cosas concretas no puedo soñar cantar escribir ese poema para ti mi gatita arañándome el hombro y mis vecinos me tienen controlado me ven llegar como una peste y hablan de mí entre comillas soy el ocioso el paria el que llega tarde en la noche y corro por estas calles de Lima buscando recordando a Vívian cayéndome en pedazos consumido por mí mismo y tu no hacías nada por mí, viejo Lezama, estás ya viejo, pero te guío por estos sitios Vívian solía aparecer desnuda con sus enormes muslos de cedro y mira acá esta foto: es Jericó devastada por el mal uso de los sebos, por la droga, las flores de plástico y sal un poco de tus paginas, de esos aires, Lezama, sé que el asma es tu paraíso pero comparando nuestros árboles, nuestra sana manera de tendemos en la yerba yo habito mas que el infierno y debo caminar pudriéndome por quedar bien contigo mientras vamos paseando por Tacora entre prostitutas y ladrones que no logran robarnos nada porque nada tenemos pero tenemos hambre y comemos ciruelas y corremos fugándonos sin cancelar la cuenta y otra vez estamos en la plaza San Martín frente al caballo inmovilizado por las cámaras de los turistas sin saber dónde ir ni qué ómnibus tomar sin saber cómo ni cuándo apareciste en Lima sorpresivamente como esas pocas lluvias que llegan para lavamos de la duda y ahora estamos contigo en el café Palermo ahora ya puedo decir que tus palabras huelen a manzano y los manzanos son gente sencilla que ignora el uso de la palabra gente que ignora el mal uso de la palabra ahora sé que nada se perdió y aprendí que el verso más claro está garabateado sobre la pared de los baños y voy recitándolo con voz sonora en medio de la calle mientras me alejo y llevo a Lezama prendido como un laurel sobre el ojal de mi camisa yo no quiero brillar con esa intensidad de aviso Phillips yo tengo un brillo en las pupilas tan claro como el verso más claro que ahora voy gritando por estas páginas sórdidas y somos arrojados uno al lado de otro sobre esta gran ciudad caminan un par de iguanas reptando y comiéndose la luna uno más joven que el otro uno más flaco y pálido y callado y con las alas cortadas por la rutina de estar continuamente dando batallas a la rutina dando vueltas y más vueltas encima de los cables otra vez solo sin nadie con quien cruzar unas palabras, una idea, y los ojos están ardiéndote, todo lo que miras es alcanzado por el fuego, como en la hora del Juicio Final, he llegado a mí después de haber gritado en las praderas porque todos huían de ti pero ya tu habías huído de todos y el corazón te quema más que un buen vaso de brandy en el estómago más que todos los fogones ardiendo juntos de noche sobre los campos, el corazón es mi palabra y más que mi palabra soy yo ardiendo de noche sobre los corazones que aún no han conocido el amor y están desesperados gimiendo arrancándose los cabellos. " epdlp.com |