Primavera de café (fragmento) "En una hermosa tarde de verano, hay un café del Ring, junto a la ópera, que tiene dos terrazas. En la primera se sientan vencedores adultos de la guerra, toman helado y juegan a las cartas, al bukio, al tarock. Ésta es la terraza legal, reconocida, protegida por la Ley. Una terraza con huéspedes presentables en sociedad y con la raya bien planchada. Delante de esta terraza hay una un poco más elemental, improvisada: sus visitantes, sin la raya planchada, vencedores aún no adultos de la guerra, no se sientan en sillones de mimbre, sino, en parte, en el pavimento, en parte en el ralo césped que hay a la sombra de un árbol del Ring. Y juegan al tarock. Son portadores de la opinión pública, así que me parece necesario llamar la atención de ésta sobre el disfrute de sus vendedores. Porque la opinión pública vagabundea sin prestar atención ante estos chicos que fuman cigarrillos y juegan al tarock, y sólo cuando va montada en coche deja oír una señal de claxon o esquiva la camada de ruidosos vendedores adolescentes que juegan. No se puede molestar a los chicos en su disfrute. Se trata, por así decirlo, del siglo del niño. Un guardia está en las cercanías y espera, por motivos profesionales, una oportunidad de intervenir. Como hoy, excepcionalmente, no hay ni una viuda de guerra manifestándose por el Ring, el guardia deja en paz a los huérfanos de guerra. Quizá también porque opina que ése es el principio de las anunciadas reformas escolares: para dar vía libre a los más capaces de esos chicos, se les deja ocupar temporalmente, durante las vacaciones, la calzada del Ring. El ascenso de los más dotados empieza, de momento, por sentarse en la calzada. El que gana la partida, ha demostrado sus capacidades y puede ascender. ¿Cómo hemos de llamar a esto? En el centro de una ciudad de cultura, niños que juegan a las cartas en medio de la calle: ¿una «vergüenza cultural»? Bueno: ¡vergüenza hemos tenido bastante desde siempre! Pero… ¿lo segundo?. " epdlp.com |