Los adolescentes trogloditas (fragmento) "Cerca del lago hay un campo abierto donde es posible aparcar. Justo en el borde hay un manzano. La pulpa de las manzanas podridas esparcidas por el suelo se adhiere a los neumáticos. Salgo y escojo dos que están maduras. Apenas hay luz. Pronto tendré que marcharme, pero aún dispongo de tiempo para salir. Desde donde estoy no puedo ver el agua, pero sé que el lago está ahí, más allá de la quimera de los árboles. De madrugada el aire está saturado de niebla. Éste es el espacio propio del lago, ese lago que es mi mar, mi tiempo. A menudo me detengo aquí entre mis viajes, antes o después. A pesar de que las manzanas lo ignoran, todavía no es otoño, es sólo el comienzo del mes de septiembre, una mañana temprano, pero al volver a la escuela todos podrán ver las hojas caídas sobre mis zapatos y los vestigios del rocío matinal que rodea el lago. Los días pronto durarán menos y sólo veré a los niños mayores de edad en la oscuridad de la mañana o en la tiniebla de la tarde. Desciendo, a través de la fina y pertinaz llovizna, hacia los árboles. Siento como si viniera de una especie de difusa nada. Sigo el camino que se abre ante mí, lentamente, a veces me apresuro ansioso con ganas de llegar rápido a la meta a través de las ramas y la brumosa neblina. El camino desciende suavemente, mientras sorteo las ramas. El aire frío y húmedo se mezcla con el olor del agua y el sonido de los castores en la cercana distancia, como a lo largo de un río, cuando era pequeño. Mis pasos, los sonidos, todo desaparece de mi memoria. " epdlp.com |