Reina Lucía (fragmento)E.F. Benson
Reina Lucía (fragmento)

"Evidentemente, tal sería la suposición de la señora Quantock, dado que la mente de la señora Quantock, entregada como estaba al estudio del Cristianismo Científico y a la negación sistemática del dolor, la enfermedad y la muerte por lo que a ella concernía, siempre estaba dispuesta a proporcionar las más sombrías perspectivas en lo que concernía a sus conocidos, y así, con la más ligera excusa, tendía a conjeturar que sus amigos —pobrecitas criaturitas ignorantes— sufrían enfermedades ficticias. En fin, dado que la calesa ya habría llegado a The Hurst, y que Daisy Quantock ya la habría visto llegar o bien habría sido informada de ello, todas las evidencias favorecerían naturalmente que esta dama hubiera comenzado ya su tratamiento médico a distancia. Muy probablemente Georgie Pillson también hubiera presenciado la anticlimática llegada de la calesa, pero él habría aventurado una explicación mucho más probable —aunque equivocada— a la ausencia de la señora Lucas. Seguramente supondría que, en Londres, la señora Lucas habría enviado a la doncella con el equipaje a la estación a fin de reservar asiento, mientras que ella, ajena al paso del tiempo, emplearía su última media hora en la ciudad admirando las piezas maestras del arte italiano en la National Gallery, o los bronces griegos en el British Museum. A buen seguro no se habría dignado visitar la Royal Academy, puesto que la escena cultural de Riseholme, liderada por la propia señora Lucas, despreciaba y no concedía ningún valor a todos los esfuerzos artísticos posteriores a la muerte de sir Joshua Reynolds, y a una buena parte de todo lo anterior también… Y en cuanto a su marido, con su fino olfato para lo obvio, sería enojosamente capaz de concluir, incluso antes de que la doncella confirmara su suposición, que la señora Lucas simplemente había decidido hacer el camino a pie desde la estación. "


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