Navidades en Cold Comfort Farm (fragmento) "Amuebló el suyo al detalle con porcelana y grabados ingleses, cretona y una cocina bien equipada. Durante los primeros quince días jugó con ella como si se tratara de la casa de muñecas a la que tanto se parecía, pero pronto empezó a trabajar en una nueva novela y, como todo el mundo sabe, la escritura de novelas no deja tiempo para ningún tipo de juego. Fue así como una rutina sosegada y apacible reemplazó sus primeros y divertidos experimentos. Las semanas pasaron tan rápido que se sorprendió bastante cuando una mañana recibió una carta. Venía encabezada con una dirección de Kensington: «Querida Rhoda —decía la carta—. Vente a pasar las Navidades con nosotros. A no ser, claro, que ya hayas hecho otros planes». Se levantó de la mesa del desayuno, donde el tembloroso vapor de su té chino se elevaba plácidamente en el aire, se dirigió a la ventana y se quedó contemplando el jardín. —No, pasaré las Navidades aquí —decidió la señorita Harting después de lanzar una prolongada mirada por la ventana—. Prepararé un pollo para mí sola y colocaré un arbolito con velas y con unas cuantas de esas bolas brillantes y resplandecientes ue solíamos comprar cuando éramos pequeños. —Dejó sus reconfortantes murmuraciones y añadió llena de satisfacción—: ¡Qué horror! Cada año que pasa me parezco más a una vieja solterona. Debería hacer algo al respecto. " epdlp.com |