La loca de Chaillot (fragmento)Jean Giraudoux
La loca de Chaillot (fragmento)

"Todos los vivos tienen suerte…Evidentemente, el despertar no es siempre muy alegre. Eligiendo en el cofre hindú el cabello del día, sacáis la dentadura postiza del único vaso que ha quedado del juego después de la mudanza de la calle Bienfaissance, y podéis evidentemente, sentiros un poco decepcionado de este bajo mundo, sobre todo si acabáis de soñar que erais una niña y que ibais a recoger frambuesas montada en un burrito. Pero para sentiros atraídos por la vida, basta encontrar en vuestro buzón una carta con el programa del día. Esta carta la escribe uno mismo la noche anterior; es lo más razonable: recoser mis enaguas con hilo rojo, planchar mis plumas de avestruz, escribir la famosa carta atrasada, la carta a mi abuelita, etc. etc. ….Después, cuando os habéis lavado la cara con agua de rosas, secándolas, no con este polvo de arroz que no alimenta la piel, sino con un poco de almidón puro; cuando os habéis puesto, para controlarlas, todas vuestras joyas, todos vuestros broches, incluso los botones en miniatura de las favoritas, y los pendientes persas con sus pedantifs haciendo juego; en una palabra, cuando vuestra toilette para el desayuno está terminada y os miráis, no en el espejo que no dice la verdad que es falso, sino en la parte inferior del gong de cobre que perteneció al almirante Courbet, entonces Fabricio, estáis adornado, estáis fuerte, podéis marchar.
(...)
Mi paseo, Fabricio. Voy a vigilar a las malas gentes de Chaillot: los que fruncen los labios, los que golpean a hurtadillas las paredes de las casas, los enemigos de los árboles, de los animales. Dudan si matar al plátano del museo Gallera o dar comida envenenada al perro del carnicero de la calle Bizet. Cito a estos dos protegidos porque los conozco desde pequeñitos. Para que estos bandidos pierdan todo su poder, es necesario que yo pase a su altura. Por la izquierda. Es duro, porque el crimen marcha rápido, pero tengo el paso largo; ¿no es verdad amigos? ¡Nunca el plátano ha dado tantas vainas y tanta borrilla! ¡Nunca el perro del carnicero de la calle Bizet se ha paseado más alegre!
(…)
Usted vive en un sueño. Cuando decide a la mañana que los hombres sean hermosos, las dos arrugas que el portero de su casa lleva en la cara se tornan tiernas mejillas para besar. A nosotros, ese poder nos falta. Desde hace diez años, los vemos salir de sus cuevas, deambular cada vez más feos, más malos…Somos los últimos hombres libres, la época de la esclavitud llega y no tardará mucho."



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