Itinerario de un tacaño (fragmento)Mauro Zúñiga Araúz
Itinerario de un tacaño (fragmento)

"La vagancia le permite al pensamiento volar sin alas prestadas; la inutilidad lo esconde. Son tardes solitarias, ausentes. El futuro se detiene y la esperanza se desvanece, se desmaya, como una señora que, en ayunas, espera en la fila de los creyentes, animada en recibir la hostia en la misa cantada del mediodía, un domingo caluroso de verano. Las tardes de lluvia invitan al tiempo, hasta lo obligan a presentarse desnudo, a contar lo que sabe a través de las voces, sin aliento, de padres y abuelos. Esos son los momentos del contacto entre el ayer sin fronteras, ya fijo, con el hoy de infinitas posibilidades, pero que la lluvia lo limita a escuchar los ecos perdidos del ayer. La lluvia es seductora, despierta el ayer, que la furia del sol lo vuelve a enviar a la tierra de los sueños. Lo que se escucha durante esas tardes, se aprende, se procesa y se archiva en un poderoso disco duro, que alguien, alguna vez, se le ocurrió llamarle memoria. En otra tarde de lluvia, cuando los padres o abuelos evocan historias, el archivo se vuelve a abrir para volver a hacerlo, si el hijo o el nieto son, a su vez, padres o abuelos, repitiendo el ciclo que la lluvia despierta. Por otra parte, los que opinan que las virtudes de don Matías son adquiridas, entran en algunas consideraciones aún no confirmadas, afirmando que ninguna de las dos ocupa puestos en los genes, dando, para afianzar sus argumentos, el ejemplo de muchas personas que poseen una u otra virtud o ambas, con un árbol genealógico libre de pecadillos. Los que así opinan, y la verdad siempre sea dicha, están en franca minoría. La gente le da más valor al murmullo de la lluvia. Las historias que se dicen no siempre están escritas. A veces se dicen solas, otras veces las escriben para decirlas después, otras están escritas para no ser leídas. Se suceden como los funerales de los pobres. Sin alborotos. Unos dicen que a lo dicho se le agrega el ruido del trueno y se le resta la agonía del silencio. Otros, en cambio, que a lo escrito, la tempestad le borra páginas. De lo sucedido el único capacitado para dar fe es el suceso, porque los actores se empantanan en lo que aquellos que reclaman salvar la historia, llaman interpretaciones. Puntos de vista, los que estudiaron español. Dudas de la duda podría ser el nuevo nombre de los textos y de las cátedras que escarban el pasado. "


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