Los viajes de Rolando (fragmento)Louis-François Jauffret
Los viajes de Rolando (fragmento)

"Volvimos pues a tomar el camino de Teawa, atravesando unos terrenos abrasados por el ardor del sol y casi inhabitados. Varios de los nuestros, sintiendo no haber tenido ocasión de matar algún animal feroz, iban con grandes deseos de que se presentase la ocasión favorable de señalar su intrepidez. Se presentó esta por fin, y yo me aproveché de ella. Hacia la mitad del camino, descubrimos un león que nos seguía, o más bien que nos salía al encuentro, el cual caminaba a un tiro de bala delante de nosotros, y siempre que llegaba a algún paraje descubierto, se paraba, nos miraba y rugía como si tuviera intención de disputarnos el paso. Nuestras cabalgaduras temblaban, estaban cubiertas de sudor, y apenas podíamos hacerlas andar. Como no había más que un medio de librarnos de este enemigo, tomé un fusil largo de los turcos, y adelantándome todo cuanto me fue posible, sin que el animal me viese, le apunté tan bien que cayó muerto en medio del camino.
Luego que estuvimos en Teawa, resolvimos despedirnos del Jeque, y continuar nuestro viaje desde el día siguiente; pero aunque era grande el deseo que nos dominaba de separarnos del Jeque, de quien nos inclinábamos a recelar, no obstante la atención que manifestaba, todavía era mayor el que éste tenía de detenernos en su corte para sacarnos alguna contribución. "



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