Un alma de Dios (fragmento) "Un piano viejo soportaba, bajo un barómetro, una pirámide de cajas y de carpetas. A uno y otro lado de la chimenea, de mármol amarillo y de estilo Luis XV, dos butacas tapizadas. El reloj, en el centro, representaba un templo de Vesta. Y todo el aposento olía un poco a humedad, pues el suelo estaba más bajo que la huerta. En el primer piso, en primer lugar, el cuarto de «Madame», muy grande, empapelado de un papel de flores pálidas, y, presidiendo, el retrato de «Monsieur» en atavío de petimetre. Esta sala comunicaba con otra habitación más pequeña, en la que había dos cunas sin colchones. Después venía el salón, siempre cerrado, y abarrotado de muebles cubiertos con fundas de algodón. Seguía un pasillo que conducía a un gabinete de estudio; libros y papeles guarnecían los estantes de una biblioteca de tres cuerpos que circundaba una gran mesa escritorio de madera negra; los dos paneles en esconce desaparecían bajo dibujos de pluma; paisajes a la guache y grabados de Audran, recuerdos de un tiempo mejor y de un lujo que se había esfumado. " epdlp.com |