El sitio de Zaragoza (fragmento)Juan Lombía
El sitio de Zaragoza (fragmento)

"Sargento. La segunda paralela en movimientos también se halla.
Cabo. La harán reparos. Les desmontamos ayer cuatro piezas en dos horas.
Sargento. Al mismo tiempo se ven agitarse las legiones. (Dejan de mirar.) ¡Reparos!... apostaré a que la tal suspensión, que dicen es por tener que enviar parlamentarios, la quieren con avidez para ordenar a mansalva de otra manera su tren, y asaltar por donde menos lo podamos conocer.
Cabo. No importa: por cualquier parte han de hallarse con que es inútil el que pretendan a la ciudad sorprender. Palafox ha recorrido hoy las puertas. ¡Y qué bien que ha arengado! ¡Y qué medidas que toma por si otra vez se nos encajan adentro! Aunque a la verdad, no sé cómo a meterse en las calles puedan volverse a atrever con lo que ayer les pasó. ¡Hasta el General Verdier quedó herido! Hola, morena, (viendo a una mujer que trae comida.) ¿A dónde se va?
Mujer. A traer a los de esta batería un refrigerio. Quedé enamorada del brío con que disteis al francés ayer noche la lección de música, y bueno es hacer también por la vida, ¿no es verdad, chicos?
Cabo. ¡Olé! Vivan las zaragozanas.
Artillero. Vivan.
Mujer. Gracias: a comer. (Comen los artilleros)."



El Poder de la Palabra
epdlp.com