Arnold Aletrino Hermafrodismo y Uranismo (fragmento) "Al parecer está más extendida la opinión de que el uranismo es una degeneración del mundo de la sexualidad. Me temo que es imposible evitar el abuso de la palabra “degeneración”. No disponemos del suficiente conocimiento de todas las expresiones humanas para etiquetar de tal manera este tipo de actitudes. Por otra parte la palabra “degeneración” es una palabra que nos sugiere un fenómeno muy extendido, la propensión a catalogar aquello de lo que no somos conscientes y aquello que no somos capaces de comprender. Sin embargo, nosotros intentamos precisar y acotar el término en su justa medida. Pronto veremos que ninguna de las definiciones es adecuada para abordar el uranismo. Magnan dice que la degeneración “es un estado mórbido de la persona con respecto a la resistividad constitucional derivada de sus progenitores y que, de manera imperfecta, establece una pugna biológica con vistas a lograr una existencia plena”. Wertheim Salomonson argumenta que “podemos considerar como degeneración un estado de desviación con respecto a la experiencia adquirida en casos similares y que podría haber sido transferida, vía descendente, por los padres”. Möbius, por su parte, arguye que “la degeneración es una desviación desfavorable de carácter permanente que podría revestir carácter hereditario”, mientras que para Hoche sería “el arte expreso de la desviación normativa". Al contrastar las diferentes aserciones, nos vemos en la tesitura de considerar las características inherentes de los sexos. No queda claro lo que debemos aprender acerca de la “desviación”. Los investigadores han demostrado que estas tendencias confluyen incluso en personas casadas, que pertenecían a familias con hermanos y hermanas, o en personas que han evitado el matrimonio. No creo que nadie pueda afirmar que hombres como Frederick de Groote, Condé o Krupp hayan atesorado pruebas satisfactorias para determinar las contingencias de la lucha por la vida. " El Poder de la Palabra epdlp.com